jueves, 18 de junio de 2009

CONCEPTO Y CAMPO DE LA PSICOLOGÍA MÉDICA.

 

Guía Instruccional.
Unidad Curricular: Psicología médica.
Tema: Campo de la psicología médica.
Material Recopilado por los Facilitadores: Lic. Sulaima M. Silmi P
Dr. Ricardo Castro
Calabozo, Enero 2009.
PSICOLOGÍA MÉDICA
 
CONCEPTO Y CAMPO DE LA PSICOLOGÍA MÉDICA.
El médico, permanentemente, tiene que resolver problemas en el ejercicio de su profesión que no tienen nada que ver con los componentes biológicos que ha aprendido. Por ejemplo atender a una madre incómoda, que pregunta si su hijo puede seguir estudiando a pesar del diagnóstico que le acabamos de dar; informarle a un paciente que tiene una enfermedad incurable y/o mortal; entender cómo una sustancia sin efecto fisiológico puede curar; cómo una ruptura amorosa puede provocar la ceguera de un paciente o un infarto al miocardio; aceptar que un paciente no crea en nuestra “omnipotencia científica” y no se cure, a pesar de indicarle el tratamiento preciso; calmar a un padre angustiado, a cuyo hijo menor lo encontraron involucrado en una actividad sexual con un amiguito, etc.
Resolver estos problemas, por cierto incómodos para muchos médicos, resulta, hoy día, i n e l u d i b l e para un profesional graduado en una universidad moderna, en cuyo diseño curricular de la carrera un buen porcentaje está dedicado a la salud mental.
De esto se trata esta materia que aquí nos ocupa. De entender, desde la posición de un médico con visión holística, a la persona que sufre y de cómo podemos ayudarla más allá de los tratamientos somáticos. Para ello es necesario entendernos a nosotros mismos en nuestra tarea de curadores (y curanderos) y de comprender el fenómeno de la interconexión psicológica con el paciente, incluyendo el poder sanador de esta interconexión.
Por ello vamos a estudiar temas como la evolución de la personalidad, modos de reaccionar a las vivencias, las enfermedades como experiencia psicológica, la psicología del enfermo y su comprensión, la relación médico-paciente como factor de curación, el comportamiento del médico (sus palabras y mímica) como factor iatrogénico, las bases orgánicas del comportamiento, entre otros temas. Es decir: la CAPACITACIÓN PSICOLOGICA DEL MÉDICO.
Incluye esta capacitación cambiar algunas actitudes y motivaciones inconvenientes para la práctica clínica, de modo que el futuro médico se vuelva permeable, sensible, perspicaz, sintónico, objetivo, amplio, sincero, asertivo, seguro, sereno, maduro, cordial, humilde, paciente, prudente, tolerante…. en sus relaciones humanas y fundamentalmente en sus relaciones con los pacientes. En síntesis, prepararse psicológicamente para el ejercicio de la medicina.
La psicología médica se nutre de las corrientes del pensamiento de la psicología general (ya estudiadas en segundo año), de la psicopatología, de la psiquiatría y de la sociología. Pero la psicología médica estudia fundamentalmente al ser humano que consulta por que ha perdido su salud, no es su misión estudiar las enfermedades mentales (de eso se encarga la psiquiatría), aunque en algunas oportunidades se superpongan los temas de estudio de estas disciplinas.
La psicología médica es una ciencia muy reciente, sus orígenes los conseguimos por las décadas de los sesenta a setenta, cuando se le confundía con la psicología general o se le tenía como introducción a la psiquiatría. Hoy tiene un propósito bastante definido, aunque heterogéneo.
El profesional que practica la psicología médica es el médico-clínico. El profesional que práctica la psicología es el psicólogo. Y el que práctica la psiquiatría es médico-psiquiatra.
El clínico médico ha practicado la psicología médica de forma empírica desde siempre, muchas veces sin advertirlo y sin proponérselo, otras veces a pesar de que él mismo no lo ha querido; ya que la psicología médica es inseparable del ejercicio clínico, inmanente a su práctica. Está basada en el desarrollo de una relación personal entre el enfermo y su médico, abundante en impresiones personales, en subjetividades, sin un esquema predeterminado, rica en creatividad y estética, cabalgando entre la técnica y el arte.
La medicina científico-natural ve a la enfermedad como un organismo que ha perdido su equilibrio por noxas biológicas, estudia ese organismo, combate las noxas de manera objetiva. La psicología médica se ocupa más de la persona enferma que necesita comprensión. Ambos tipos de medicina se complementan y un médico no puede pretender desligarse de ninguna de las dos. Deben ser inseparables.
El médico puede afanarse en hallar siempre una enfermedad tangible concreta, aunque en muchas oportunidades, después de hacer exámenes clínicos y paraclínicos no descubra esa patología orgánica que busca, sin advertir que dejó de investigar los problemas humanos de su paciente (como si de un perrito se tratase), por que ignora que son importantes o por miedo a descubrir un problema que no sabrá solventar. A esta forma de atención la llamaremos “medicina veterinaria” o modelo eminentemente técnico.
Otro tipo de médico, generalmente con mala formación técnica, intentará abordar sus pacientes con modelos pseudocientíficos, recurriendo a técnicas no comprobadas científicamente y exagerando los consejos personales y familiares, ya que al no tener suficientes conocimientos científicos intenta rellenar esos vacíos con elementos mágicos. A esta forma la llamaremos
“medicina ficción”.
Una tercera forma de ejercer la clínica es integrando los aspectos científico-naturales, que son solo la mitad de la medicina, con los aspectos científico-humanistas, que son la otra mitad. A esta forma la llamaremos medicina ideal.
El Dr. Ruy Pérez Tamayo en su libro de la magia primitiva a la medicina moderna explica que “hay 4 maneras o estilos de de ejercer la medicina: 1) con atención rigurosa a las reglas científicas, 2) con gran cariño y apoyo emocional a los seres humanos afectados, 3) con una mezcla saludable de 1 y 2, y 4) con ignorancia científica, despego emocional e impaciencia burocrática. Aunque estos 4 tipos de médicos han existido siempre y existen hoy…. Desde hace 25 siglos persiste vigente el aforismo hipocrático sobre la verdadera naturaleza de la acción médica:
Curar algunas veces, ayudar con frecuencia, consolar siempre.”
PERSONALIDAD EN MEDICINA. ENFERMEDAD Y SER HUMANO ENFERMO.
Cada ser humano tiene una forma particular de enfermar, cada uno de nosotros siente la enfermedad a su manera, esto es debido a que cada quien tiene una forma de pensar, sentir, actuar, evaluar los síntomas, percibir los dolores. No existen dos seres humanos que tengan personalidades idénticas y es por ello que no existan dos enfermos iguales. Las enfermedades tienen un patrón clínico que le es característico, pero la forma de percibirlo, de sentir la vivencia de estar enfermo y expresarlo es especial para cada ser.
En nuestra experiencia familiar, con seguridad, habremos podido observar como cada miembro de nuestra familia expresa sus dolencias de una manera típica. Para alguno estar enfermo es una catástrofe, para otro es algo “normal”. Fulano se queja de forma exagerada, con dramatismo, mientras que mengano lo hace con estoicismo y zutano se aísla y no quiere que nadie lo vea… en fin, hay una y mil formas de vivir la enfermedad, dependiendo de la personalidad.
Existe un aforismo en medicina que dice “no hay enfermedades sino enfermos” atribuido a Claude Bernard, sobresaliente médico e investigador francés de mediados del siglo XIX, que sintetiza en dos frases la originalidad de cada paciente, su manera de reaccionar y expresar “su” enfermedad, lo cual nos debe hacer reflexionar en este sentido. Este autor después de estudiar las enfermedades desde sus aspectos anatómico y fisiológico entendió que es necesario estudiar los aspectos de la personalidad del enfermo para poder ayudarlo cabalmente.
Luwdwig Krehl, de la escuela clínica alemana, también entendió que era necesario estudiar la personalidad del ser humano enfermo ya que la clínica basada solo en la fisiología y anatomopatología dejaba muchas cuestiones trascendentes sin responder.
Estos clásicos de la medicina europea, entendieron la importancia de la personalidad del paciente al notar que cada persona responde de manera original ante la noxa causante del morbo.
Clásicamente, en medicina, se entiende a la personalidad como una síntesis dinámico-evolutiva de factores biológicos, psicológicos y sociales que se integran en un ser y lo caracterizan, haciendo que sea único, con cualidades que lo diferencian de los demás, que hace que piense, sienta, actúe (y enferme, agregamos nosotros) de forma constante y estable (Mateo Alonso, citado por Amarista).
Para la medicina la personalidad esta compuesta de manera indivisible, por elementos biológicos, psicológicos y sociales.
Tratemos de ejemplificar, con casos clínicos reales escogidos de nuestra experiencia, este aserto:
Caso D W: paciente masculino de 30 años, comerciante, casado con dos hijos. Personalidad premórbida caracterizada por apego a las normas sociales, responsable, emprendedor, con aspiraciones de superarse social y económicamente; estaba saludable y es de contextura atlética. Se ve involucrado en un hecho delictivo y lo condenan a 13 años de cárcel, posterior a lo cual presenta un cuadro de estupor, pérdida de peso y mutismo.
Caso T M: paciente femenina de 14 años, quien posterior a accidente de transito queda con parálisis de ambos miembros inferiores, por lo que no pudo continuar asistiendo a las clases de baile que estaba recibiendo. La púber es muy extrovertida, sociable, coqueta y aspira ser periodista. Posterior a la paraplejia de sus miembros inferiores presentó una depresión, sufrió una osteomielitis e intentó suicidarse.
Caso L C: paciente femenina de 27 años, dedicada al comercio sexual desde la pubertad. Es miembro de una familia desintegrada, con ausencia de padre, con mucha dificultad económica desde su infancia. Presenta SIDA. La paciente rechaza el diagnóstico y no quiere someterse al tratamiento.
Caso N H: paciente masculino de 70 años, llanero, de carácter dominante, con infarto al miocardio masivo, disneico, cianótico. Poco antes de morir le pregunta el médico: “¿Cómo se siente?” A lo que el paciente responde, casi sin poder hablar, levantando el puño: “¡como un rolo doctor!”
Vistos de esta manera resulta evidente la relación que existe entre la personalidad y la forma de enfermar que tenemos los seres humanos. Lamentablemente muchos médicos no tienen este conocimiento y dejan de indagar sobre la personalidad de su paciente, perdiendo de esta manera la oportunidad de entenderlo mejor y darle un tratamiento cabal.
Resulta obvia la trascendencia que tiene para el médico el estudio de esta materia.
De poco sirve al médico conocer la patología, los diagnósticos y la farmacología sino entiende (y siente) al paciente en su relación con su grupo, sus creencias, sus afectos, sus “porqués” y sus “paraqués”. Si no entiende la importancia de su imagen como sanador en la mente del paciente.
Referencias Bibliográficas:
Amarista F.; Guzmán, A. Kerdel, O. (1981) Manual de Psicología Médica (2ª Ed) Caracas, Editorial carhel c.a.
Fernández, A. (1974) Psicología médica y social (2ª Ed) Madrid. Editorial Paz Motalvo.
Gil, J. (2004) Psicología de la salud (1ª Ed) Madrid. Pirámide.
Rios, P. (2006) PSICOLOGIA la ventura de conocernos (2ª Ed.) Caracas. Editorial texto.
Uriarte, V. (2005) Psicofarmacología (5ª Ed) México, E. trilllas.

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