martes, 5 de octubre de 2010

FUNCIONES PSIQUICAS O MENTALES





FUNCIONES PSÍQUICAS O MENTALES


En esta segunda unidad vamos a estudiar las funciones mentales o psíquicas, su clasificación, concepto, descripción, bases neurológicas y alteraciones más frecuentes, lo que le permitirá al estudiante de medicina:
1. Entender cómo se interrelaciona el ser humano con su medio ambiente, con sus congéneres y consigo mismo, para lograr una adecuada adaptación.
2. Proporcionarle las bases para comprender el proceso salud-enfermedad del componente psicológico del ser, su desarrollo natural y psicopatología.
3. Evaluar las condiciones mentales de un posible paciente psiquiátrico.

CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN

Los seres vivos requieren para subsistir mantener una interacción y comunicación con su entorno y consigo mismo. Dicho intercambio puede ser de energía y materia – como lo hacen formas de vida elementales- para lograr el alimento y la respiración. Pero, además, a medida que se asciende en la escala filogenética la relación se va haciendo cada vez más elaborada y especializada y, así, en los seres humanos la interacción llega a lo intelectual y artístico.
El sistema encargado de dirigir la comunicación o interacción con el medio y consigo mismo es el S N (sistema nervioso), merced a funciones altamente especializadas, conocidas como funciones mentales o psíquicas.
Estas funciones van a permitir:
1) La supervivencia individual y de la especie, requiriendo una serie de instintos, motivaciones, emociones y sentimientos, que al hacerse conscientes motorizan al ser para el logro de sus necesidades básicas, como alimento, protección de inclemencias del ambiente, procrear, defender su integridad física, patrimonio, familia, etc.
2) Reconocimiento de las condiciones del ambiente, lo que requiere de sensaciones y percepción que le permitan evaluar sus oportunidades y amenazas.
3) Hábitos adquiridos de la experiencia pasada, para atender exigencias presentes y futuras, que requieren de procesos de aprendizaje y memoria.
4) Comunicación consigo mismo para encontrar el sentido a la experiencia, resolver problemas existenciales, estéticos y éticos. También para permitirnos reconocernos y diferenciarnos del medio (tener conocimiento de nuestra identidad) y evaluar (y controlar) nuestras emociones y conductas; lo que requiere de organizar conjuntos de ideas o sea pensar, reflexionar, imaginar, calcular y soñar.
5) Comunicación con sus congéneres para intercambiar información y convenir normas de convivencia, lo que requiere del lenguaje: hablado y escrito.
Las funciones psíquicas son interdependientes entre sí, sin fronteras entre ellas; unas y otras se condicionan y se necesitan para lograr su cometido. Por ejemplo, es necesario que exista atención para que se procese cualquier pensamiento, como es imprescindible que exista memoria para que haya aprendizaje, etc. Tal y como ocurre con todas las funciones del organismo.
Por lo dicho, una clasificación que delimite a las funciones mentales es siempre artificial. No obstante, tradicionalmente se han clasificado a las funciones mentales en tres grupos: Funciones Cognitivas, Funciones Afectivas y Funciones Motoras.
FUNCIONES COGNITIVAS:
ATENCIÓN, SENSO-PERCEPCIÓN, MEMORIA, PENSAMIENTO- INTELIGENCIA, APRENDIZAJE, LENGUAJE.
FUNCIONES AFECTIVAS:
INSTINTOS, MOTIVACIÓN, EMOCIONES-SENTIMIENTOS-HUMOR.
MOTORAS:
PSICOMOTRICIDAD.

Desde hace varias décadas se incluyen a las funciones descritas, las llamadas funciones ejecutivas (nosotros preferiríamos llamarlas funciones directivas) que describe   la organización de muchas funciones  para  para programar una ejecución: por ejemplo si necesitamos comprar comida debemos planificar como hacerlo, por lo tanto debemos buscar dinero, montar en el autobús, ir al mercado, etc, etc. pero tenemos  contar con  varios planes en mente, por si un plan falla tener otras opciones y no quedarnos sin comer. Estas ejecuciones o direcciones requieren de la conjunción y organización de varias funciones psicológicas. Requieren de atención, sensopercepción, memoria, pensamiento y motricidad.  

Cuando estas funciones se alteran se produce un trastorno mental o psicopatológico (en cuarto año de la carrera van  a estudiar una asignatura llamada psicopatología que describe estas alteraciones) que va a hacer que las personas que lo padecen no se adapten bien a su entorno, sufran (o hagan sufrir), pierdan el control de su conducta, se expresen de manera irracional o violen normas morales establecidas por la sociedad.

El médico (el buen médico, se entiende) debe saber identificar y evaluar estas funciones mentales, conocer como se expresan normalmente, sus bases biológicas, su desarrollo y sus alteraciones, para sopesar el estado de salud de una persona y su grupo.



GUÍA Y PRÁCTICA SOBRE SENSACIÓN
S E N S A C I Ó N

El primer psicólogo en estudiar científicamente las sensaciones fue Wilhelm Wundt (1832- 1920) en su laboratorio de Leipzig. Wundt consideró a las sensaciones como la unidad básica de la mente, la fase inicial de la recepción de la información.
Para Smirnov y Leontiev (1965) “La sensación es el reflejo de cualidades aisladas de los objetos y fenómenos del mundo material que actúan directamente sobre los órganos de los sentidos”.
Matlin y Foley (1996) y Monserrat (1998) defienden la importancia de la sensación: “la sensación-percepción es el proceso fundamental de la estructura psíquica y a partir de él se construyen los demás procesos”.
Feldman (2002) define la sensación como el proceso por medio del cual los órganos de los sentidos responden ante estímulos del medio ambiente. Se produce cuando alguno de nuestros sentidos es estimulado por una energía física.
Un sentido es una vía fisiológica particular por la que recibimos un tipo de energía específica y un estímulo es cualquier forma de energía que podamos captar.
Los órganos de los sentidos detectan esta energía que puede ser: mecánica, electromagnética o química. Cada órgano de sentido capta una forma de energía específica.
Los sentidos traducen esa energía a un código de impulsos eléctricos que viajan por el Sistema Nervioso Periférico (S.N.P.) a una velocidad aproximada de 120 m p s, hasta el Sistema Nervioso Central (S.N.C.) donde son decodificados, organizados e interpretados. Esto es un sistema de análisis.

CLASIFICACIÓN DE LAS SENSACIONES.
Las sensaciones se pueden clasificar de diferentes maneras, las más frecuentes son de acuerdo al tipo de energía que analizan y de acuerdo al tipo de receptor.
Los receptores pueden ser:
Internos (interoceptores): recogen sensaciones de los órganos internos como la sed, el hambre, el dolor, etc.

Externos (exteroceptores): recogen sensaciones externas: visuales, auditivas, de equilibrio, gustativas, olfativas y cutáneas como tacto, presión, temperatura, vibración y dolor.

Intermedios (propioceptores): recogen sensaciones cinéticas de posición y movimiento del cuerpo. Se encuentran en los músculos y tendones.

De acuerdo al tipo de energía que recogen los órganos de los sentidos podemos clasificarlos en:

Propioceptores: median el sentido de la posición del cuerpo: husos musculares que detectan la longitud de cada músculo, los receptores tendinosos de Golgi que proporcionan información sobre la fuerza de contracción de los músculos.
Mecanorreceptores cutáneos: se estimulan por la presión sobre la piel.
Termoreceptores: son estimulados por la temperatura.
Nociceptores: detectan un estimulo que puede producir daño en el organismo como el dolor: Nociceptores mecanoreceptores, nociceptores termorreceptores y nociceptores polimodales que se estimulan indistintamente por estímulos nociceptivos mecánicos, térmicos y químicos.

De acuerdo a los receptores sensitivos, pueden ser (Guyton & Hall 2007):
I. Mecanorreceptores
Sensibilidades táctiles cutáneas
Sensibilidades de los tejidos profundos
Oído: receptores de la cóclea
Equilibrio: receptores vestibulares
Presión arterial: barorreceptores
II. Termorreceptores
Frío
Calor
III. Nocirreceptores
Dolor
IV. Receptores electromagnéticos
Visión
V. Quimiorreceptores
Gusto
Olfato
Oxigeno arterial
CO2

UMBRALES DE LA SENSACIÓN
No toda energía física es capaz de estimular a un órgano de sentido, existen ciertos límites que son propios de cada especie animal. Son límites de intensidad o de cantidad del estímulo necesario para que el organismo pueda captarlo.
Los umbrales de la sensación son los valores de estimulación dentro de los cuales hay sensación o variación en la intensidad de la sensación.
Hay dos tipos de umbrales: absoluto y diferencial.
ABSOLUTO: cantidad mínima y cantidad máxima (umbral inferior y umbral superior) necesaria para que exista sensación. Por ejemplo los sonidos, la luz, la presión, generan sensaciones dentro de ciertos límites, fuera de los cuales no se sienten.
DIFERENCIALES: cantidad de variación de incremento o disminución de intensidad necesarias para que se produzca una variación perceptible en la sensación. Por ejemplo, sentimos cambios de temperatura cuando hay una variación. Por ejemplo, sentimos cambios de temperatura cuando hay una variación de aproximadamente un grado centígrado, por lo menos.



ADAPTACIÓN
La sensibilidad del analizador cambia bajo la influencia de la adaptación del órgano al estímulo que actúa. Cuando pasamos de la luz intensa a la oscuridad, al principio no vemos nada, pero poco a poco comenzamos a distinguir los contornos y progresivamente distinguimos figuras, es decir nos adaptamos a la oscuridad.
De igual manera, al pasar de la penumbra a la claridad nos resulta difícil ver con nitidez los objetos y progresivamente la vista va mejorando hasta lograr una adecuada visión.
En el primer caso se incrementa la sensibilidad y en el segundo se disminuye.
La adaptación se manifiesta en todas las sensaciones, destacando sobre todo en la visual, olfativa, cutánea y gustativa.
La adaptación se efectúa por mecanismos periféricos y centrales. Por ejemplo, al pasar a la oscuridad se dilata la pupila y por lo tanto aumenta la cantidad de luz que llega a la retina y se restablece la púrpura óptica o rodopsina (sustancia muy sensible a la luz). El mecanismo principal de la adaptación es el aumento de concentración de esta sustancia que absorbe la energía luminosa.
Las sensaciones táctiles tienen un alto grado de adaptación, que se manifiesta no solamente en la disminución del efecto de los estímulos que actúan, si no también en la desaparición completa de la sensación. Así un contacto suave en una parte determinada de la piel deja de sentirse después de unos segundos, por ello no sentimos el contacto de la ropa que llevamos durante todo el día, a menos que nos moleste mucho.
La adaptación a estímulos dolorosos es muy limitada. Los dolores fuertes, las temperaturas extremas y los olores penetrantes no producen adaptación.

SENSIBILIZACIÓN
Es un aumento de la sensibilidad motivada por las acciones de otras causas distintas a las que originan la adaptación; entre ellas juega un papel fundamental la acción recíproca de los analizadores. En ciertas condiciones la sensibilidad de un órgano sensorial aumenta bajo la influencia de otro que funciona al mismo tiempo. Ejemplo, la luz incrementa la sensibilidad del oído; mojar la cara con agua fría, el trabajo muscular y los estímulos sonoros aumenta la sensibilidad visual; el agua fría dentro del oído excita al sistema vestibular.

MECANISMOS REFLEJOS DE LA SENSACIÓN
El estímulo al actuar en el receptor provoca la excitación, que es llevada por los nervios al S. N. C. La primera estación es la subcorteza y de allí sigue a la corteza.
A células determinadas de la periferia corresponden zonas determinadas de células corticales. Por ejemplo las células de la retina se corresponden con determinadas células de la corteza occipital.
A consecuencia de las complicadas relaciones que existen entre los distintos sistemas de los sentidos la reacción a un estímulo no se limita al análisis sobre el cual actúa; hay acciones mutuas entre ellos y el S. N. C.
Cuando actúa un estímulo sobre uno de los órganos sensoriales tiene lugar cambios complicados en los demás sentidos y en otros órganos del cuerpo. Verbigracia, el sonido causa una ampliación del campo visual, un aumento de la sensibilidad lumínica, una dilatación de la pupila, la mirada se dirige a la fuente del sonido, el ritmo alfa se deprime en la región occipital, hay cambios en la actividad del corazón, se contraen los vasos sanguíneos y se modifica la reacción galvánica de la piel.
Los receptores están regulados por el S. N. C.: cuando un estímulo actúa sobre el receptor, además de los cambios directos por este estímulo, aparecen cambios reflejos causados por la influencia de los impulsos enviados por los segmentos superiores del S. N. C. Así, cuando la luz actúa sobre el ojo no solamente tiene lugar la desintegración de la rodopsina (púrpura óptica) sino al mismo tiempo hay una contracción de la pupila, cambios de la convexidad del cristalino y movimientos del ojo hacia la luz. Todos estos cambios son resultado de la transmisión refleja de la excitación desde los centros nerviosos al receptor.
De esta manera, el funcionamiento de los sistemas de sentidos no es una simple transmisión de la excitación desde la periferia al centro. Es una reorganización refleja de todas las partes del sistema efectuada bajo la dirección del cerebro y dependiente de la fuerza, el tiempo y la calidad del estímulo que actúa.
El funcionamiento del analizador cinético es un buen ejemplo de estas complejas relaciones reflejas. Los receptores situados en el tejido muscular registran el grado de contracción muscular, al mismo tiempo desde el cerebro llegan influencias que cambian el estado de los músculos; estos cambios a su vez estimulan los receptores cinéticos que transmiten a la corteza señales acerca de las modificaciones que ha habido en los músculos. De esta manera al efectuarse los movimientos hay dos procesos recíprocamente vinculados: la dirección del estado de los músculos efectuada por la corteza y la información sobre los cambios que hay en los músculos.

ALTERACIONES EN LA SENSACIÓN

Las alteraciones de los órganos de los sentidos corresponden a un amplio capítulo de la medicina que interesa a varias especialidades de la misma, como la oftalmología, la otorrinolaringología y la neurología; baste aquí con clasificar, de una manera general y somera, las alteraciones de la sensibilidad superficial a manera de ejemplo y de referencia.
Las alteraciones pueden ser:
Por incremento: hiperestesias
Por disminución: hipoestesias o anestesia. Se le llama analgesia al mecanismo de supresión del dolor.
Por deformación de la sensación: parestesias.
La hiperestesia es el incremento desagradable de la sensación. Por ejemplo, sentir que el menor roce en la piel molesta o que la luz normal estorba (fotofobia). Como ocurre en ciertos casos de Trastornos Somatomorfos.
La hipoestesia y la anestesia son la disminución de las sensaciones, que pueden ocurrir en diferentes trastornos neurológicos (LOE, ACV, polineuropatías); en ciertos cuadros psiquiátricos (Trastornos Somatomorfos, Trastornos Ficticios, Trastornos Conversivos); con la aplicación de un anestésico local (como la novocaina); con la aplicación de frío local y en la simulación.
La parestesia son cambios anormales en la sensibilidad sin que exista ningún estimulo, como puede ser: hormigueo, adormecimiento, ardor, corrientazo o sensaciones extrañas inexplicables. Un paciente nos dijo: “Dr. siento un coquito pateándome en la cara”. Estos síntomas pueden ocurrir en procesos neurológicos (neuropatías) o trastornos psiquiátricos (Trastorno Hipocondríaco).
PRÁCTICA SOBRE SENSACIÓN

Una vez leído el material instruccional acerca del tema correspondiente, realice un informe grupal, donde los participantes experimenten los siguientes ejercicios prácticos y se encuentren en condición de dar respuesta a los planteamientos y actividades que se enumeran a continuación:

1) Reflejo pupilar y consensual: en una habitación oscura, con una fuente de luz de haz reducido, incida en la pupila de una persona. Observe y tome nota de lo siguiente: a) ¿qué pasa con el diámetro de la pupila cuando se incide con el haz de luz? b) ¿qué pasa con la pupila contralateral?. Explique, utilizando sus conocimientos de sensación, el fenómeno observado.
2) Respuesta ante un sonido fuerte: sorpresivamente provoque un sonido fuerte (dé un golpe fuerte en una puerta, por ejemplo) cerca de unas personas. Observe y tome nota de las respuestas de estas personas y explique la naturaleza del fenómeno.
3) Reflejos tendinosos y cutáneo- abdominales: golpee con un martillo de goma el tendón de la rodilla y/o con un alfiler rasque la piel a ambos lados del ombligo de una persona. Observe y tome nota de la reacción de la pierna y/ o la piel estimuladas. Explique, de acuerdo a sus estudios sobre sensaciones, el fenómeno observado.
4) Pasar de lugar soleado a cuarto en penumbra: después de estar en un ambiente soleado por más de media hora, pase a una habitación oscura. Mida el tiempo que tarda en poder delimitar los contornos de los objetos de la habitación. Explique, según sus conocimientos sobre las sensaciones, lo ocurrido con su vista. Repita la experiencia en sentido inverso, es decir, después de estar en la habitación oscura por media hora salga, súbitamente, al ambiente soleado y describa lo observado.
5) Apretar con fuerza el puño por 5 minutos y abrir la mano. Describir las sensaciones y explicar lo observado, según los conocimientos sobre sensaciones humanas.
6) Observar una radiografía y un gráfico de ecosonograma. Explicar por qué no podemos ver esos órganos, que se ven con los rayos X y el ecosonograma, con nuestros ojos desnudos.
7) Tratar de enfocar simultáneamente un objeto a 30 cm y otro a 2 m. explicar por que no puede ver con claridad a ambos objetos.
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8) Pinchar la palma de la mano antes y después de dejar un trozo de hielo durante 5 minutos. Describir ambas sensaciones y explicar, de acuerdo a sus conocimientos sobre sensaciones, el fenómeno observado.
9) Observar un registro Electroencefalográfico en el momento en que se abren los ojos y anotar qué cambios suceden en el trazado y en qué áreas de la corteza ocurren. Explicar que significado tiene este cambio electroencefalográfico.




Referencias bibliográficas


Alonso, F. (1974). Psicología médica y social (2ª Ed.) Madrid: Paz Montalvo.
Amarista, F. y Guzmán, A. (1978). Manual de psicología médica (2ª Ed.) Caracas: carhel c.a.
Guyton & Hall (2006) Tratado de fisiología médica (11ª Ed.) Madrid: Elsevier saunders
Howard, S. (1975) Principios de percepción (1ª Ed.) México: Trillas.
Peña, G., Cañoto, Y. y Santalla, Z. (2006) Una introducción a la psicología (1ª Ed.) Caracas: UCAB.
Ríos, P. (2006) Psicología. La aventura de conocernos (2ª Ed.) Caracas: Texto.
Smirnov, A. y otros. (1965) Psicología (3ª Ed.) México: Grijalbo, S.A.