viernes, 28 de enero de 2011

PSICOMOTRICIDAD

ACTIVIDAD PSICOMOTRIZ O PSICOMOTRICIDAD

Al conjunto de actividades eferentes que se inician con la intención o voluntad y terminan con la acción se le denomina actividad psicomotriz, psicomotricidad o conación (este último término es usado por psicólogos anglosajones): es decir, ejecutar una acción con la intencionalidad de cambiar, mantener o impedir el cambio de una situación externa al individuo.

La actividad psicomotriz tiene dos componentes: tiempo e intensidad.
El tiempo de ejecución es el lapso durante el cual sucede la actividad y la intensidad es la magnitud de la fuerza con que se realiza dicha ejecución.
Las características de una actividad psicomotriz son:
A) Tenacidad o intensidad de la conducta sostenida en el tiempo.
B) Velocidad o tiempo que tarda en desplazarse un segmento del cuerpo en el espacio.
C) Ritmo u orden acompasado en la sucesión de actos para un efecto común de los mismos.
D) Coordinación o disposición modulada de la sucesión de actos para un efecto común de los mismos.

La efectividad de una conducta depende de la destreza con que el sujeto logre combinar la tenacidad, velocidad, ritmo y coordinación de la misma.
Los clínicos y los investigadores utilizan estas características para evaluar la actividad psicomotora de los pacientes y/o de los sujetos de experimentación.

ORGANIZACIÓN NEUROLÓGICA DE LA FUNCIÓN MOTRIZ
La actividad psicomotriz tiene una organización jerárquica en el sistema nervioso, con diferentes niveles de integración. Así, existen unos actos reflejos automáticos con una organización neurológica elemental, integrados en un nivel bajo y otras acciones más complejas, ejecutadas a más largo plazo que implican la sumatoria de muchos actos correlacionados entre si y que tienen una organización neurológica compleja, con centros nerviosos integradores al mas alto nivel.
Hay una organización elemental del movimiento, controlada por la médula espinal. La sustancia gris medular es la zona de integración para los reflejos medulares. Los estímulos sensitivos llegan a la médula mediante dos ramas, una rama termina de inmediato en la sustancia gris medular y suscitan reflejos segmentarios de ámbito local, verbigracia el reflejo rotuliano. Otra rama transmite sus impulsos hacia niveles más altos del sistema nervioso.
El cerebro es el órgano encargado de generar la actividad psicomotriz voluntaria a partir de la corteza motora, la cual se divide en tres subáreas: corteza motora primaria, área premotora y área motora suplementaria.
La corteza motora primaria se encarga de controlar los movimientos de los diferentes músculos del cuerpo y se encuentra en la primera circunvolución de los lóbulos frontales, por delante de la cisura de Rolando.
El área premotora, queda delante de la corteza motora primaria. Esta influenciada por áreas asociativas frontales que tienen que ver con el discernimiento. Su actividad da lugar a patrones de movimientos mucho más complejos que los patrones puntuales originados en la corteza motora primaria. Por ejemplo, cuando se quiere abrir una cerradura con las manos, el área premotora crea una imagen motora de los movimientos musculares que se van a realizar y dicha imagen excita cada patrón sucesivo de actividad muscular, necesario para su realización por parte de la corteza motora primaria.
El área motora suplementaria, que está localizada en la cisura longitudinal frontal, en general aporta los movimientos posturales, los movimientos de fijación de los diversos segmentos del cuerpo y movimientos de prensión bilateral de las manos.
El cerebelo y los ganglios basales hacen importantes aportes en la coordinación de los movimientos.
ESQUEMA TRADICIONAL DEL ACTO VOLUNTARIO
En el acto voluntario (conación) se distinguen cuatro fases (Amarista, 1978):
1) Fase aperceptiva-intelectiva o proyecto, que consiste en la representación del acto a realizar.
2) Fase deliberativa o de discernimiento. Se refiere al examen y a la revisión de las razones y la valoración de las posibilidades del acto a realizar.
3) Fase crítica o de decisión. En ella el sujeto escoge una posibilidad, se decide en un sentido determinado.
4) Fase de ejecución. Es la traducción en acción de la decisión tomada.

El estudio de los actos voluntarios y la psicomotricidad es de gran interés en psicología y psiquiatría forense; en psicología y psiquiatría clínica y en criminología.

TRATORNOS DE LA PSICOMOTRICIDAD O CONACIÓN
Distinguimos dentro de los trastornos psicomotores alteraciones cuantitativas y alteraciones cualitativas.
Alteraciones cuantitativas:
Abulia: falta absoluta de voluntad.
Hipobulia: disminución de la voluntad o conación.
La disminución de la conación o hipobulia puede afectar la intensidad, la velocidad, el ritmo o la duración de la actividad psicomotora. Hay cuadros clínicos donde se afecta la duración solamente, como en los trastornos conversivo-disociativos. En otros está afectada la intensidad y la velocidad, como en la depresión. Hay algunos trastornos donde se afecta la coordinación y el ritmo, como en los casos de lesiones estructurales del S. N. C. Puede haber una hipobulia normal, cuando una persona está agotada o cansada por el trabajo o la falta de sueño, por ejemplo.
Hiperbulia: es el incremento en la actividad psicomotora, tanto en velocidad, en intensidad y ritmo; pudiendo estar alterada la coordinación o no. En algunas oportunidades una persona puede estar hiperbúlica, debido a circunstancias estimulantes de la vida, como puede ser resolver un problema perentorio o en caso de gran alegría, pero mientras no pierda la coordinación y esa hiperbulia tenga un sentido adaptativo, no se considera anormal. Existen drogas o medicamentos que producen hiperbulia, como la cocaína y otros estimulantes del S.N.C.
Hay trastornos mentales que se caracterizan por intensa hiperbulia, llamados manía, en la que existe gran incoordinación y agitación psicomotriz.

Alteraciones cualitativas:
Catatonía: en este extraño cuadro clínico se mantienen posturas por muy largo tiempo (fenómeno llamado catalepsia), la persona no reacciona a estímulos (ni siquiera dolorosos), tiene una mirada y mímica fijas; parece una estatua. Puede deberse a estados depresivos severos, intoxicaciones, esquizofrenia, trastornos neurológicos o puede ser consecuencia, de un shock emocional intenso.
Estereotipias y manierismos: son movimientos y gestos repetidos, con un estilo extraño, generalmente llamativo, sin finalidad, que se repite constantemente durante horas seguidas. Este trastorno es característico de la esquizofrenia desorganizada y del retraso mental severo.
Acto compulsivo: consiste en la realización de un acto absurdo, contra el cual se lucha, pero se lleva a cabo para disminuir la tensión psíquica y la angustia que produce su proyecto obsesivo. Es característico del trastorno obsesivo-compulsivo.

MOVIMIENTOS INVOLUNTARIOS
Constituyen un capitulo importante en la neuro-psiquiatría un grupo de trastornos del movimiento llamados involuntarios, por que se producen de manera involuntaria, sin que el individuo pueda evitarlo. También se les llama extrapiramidales, por que se atribuye su origen al sistema motor extrapiramidal. A este grupo de trastornos pertenecen la corea, los tics, las distonías, la acatisia, etc.
Los temblores, también considerados movimientos involuntarios, tienen importancia semiológica en neuro-psicología. Con diversas características, se presentan en episodios de angustia o miedo; en intoxicaciones y abstinencia de sustancias nocivas como el alcohol y en trastornos neurológicos como en la enfermedad de Parkinson.






Referencias bibliográficas.
Amarista, F. y Guzman, A. (1981) Manual de psicología medica. (1ª Ed.). Caracas: Editorial Carhel
Diccionario de la RAE (2001) www.rae.es
Guyton y Hall (2006) Fisiología medica (11ª Ed.) Madrid: Elsevier..
Riso, W. (2006) Terapia Cognitiva. (1ª Ed:) Bogota: Norma.
Santo-Domingo, J. (2002) Manual de Psiquiatría (3ª Ed.) Barcelona: Ars Medica.
Taboada, I. (1999) Semiologia Neuropsiquiatrica. Caracas: SVP.
Toro, J.; Yepes, M. y Palacios, E. (2001) Neurología (1ª Ed.) Bogotá: Mc Graw Hill.