jueves, 13 de octubre de 2011

SEXOLOGÍA

Fases de la Respuesta sexual:
Excitación: se caracteriza por una intensa vasodilatación de la pelvis, cuya consecuencia es el aumento de tamaño de los órganos genitales. En el hombre se produce un incremento importante del volumen del pene y en la mujer una congestión de la vagina y vulva. En ambos aumenta la temperatura y se tornan de color rojo. En la piel del tórax aparece un moteado rosado y hay erección de los pezones. El hombre suele excitarse más rápido que la mujer.
Meseta: persiste la vasodilatación y se incrementa el tono muscular. La vagina se humedece a consecuencia del el trasudado debido a la intensa vasodilatación, es lo que conocemos como lubricación vaginal. Las paredes de la vagina se engruesan en el tercio externo y se dilata en el tercio interno. El clítoris se retrae, el útero se expande. En el hombre hay secreción de las glándulas de Cowper y retracción de los testículos. La presión arterial, el pulso y la respiración se incrementan. La fase de meseta suele ser más larga en la mujer que en el hombre.
Orgasmo: Se producen contracciones rítmicas de los músculos de la pelvis. En el hombre se produce la eyaculación por la contracción de las vesículas seminales y en la mujer se producen movimientos rítmicos de útero. La tensión, pulso y respiración se incrementan al máximo. Es típica la extensión forzada de los pies y en especial de los dedos gordos o espasmo carpopedal. Esta fase se acompaña de intensa sensación de placer. El hombre es monoorgásmico, es decir que solo dispara un orgasmo, en cambio la mujer puede ser mono, poli u multiorgásmica, es decir que puede tener uno, varios o múltiples orgasmos.
Resolución: En esta fase todos los cambios ocurridos recobran su estado de reposo. Disminuye el pulso, la respiración y la tensión, los músculos se relajan. El pene pierde la erección y los genitales femeninos se distienden. Normalmente se produce sudoración en torax.
Fase refractaria: después de la resolución el hombre no puede excitarse de nuevo por unos minutos, horas o días. En las mujeres es posible, en muchos casos una nueva respuesta sexual.


II- AMOR, SEXO Y REPRODUCCIÓN
Amor, sexo y reproducción son funciones propias del humano interrelacionadas entre sí, pero que no siempre son consecuencia una de la otra, ni siempre se ejecutan simultáneamente.
Una pareja puede sentirse atraída entrambas y sentir amor, pero no necesariamente por ello tendrán sexo o procrearan. Dos seres humanos pueden tener sexo sin sentir amor, también existe la posibilidad de que una pareja procree un hijo sin haber ejercido la función sexual, como ocurre en la inseminación artificial. Es decir que la combinación de estas tres funciones se puede dar de diferentes maneras, sin que por ello sea patológico o enfermizo.
Son funciones biológicas con una influencia sociocultural importante, ya que socialmente se establece que para que una pareja pueda procrear debe estar casada, y para casarse debe estar enamorada. A las personas que se les pregunta las motivaciones para contraer matrimonio, responden: “porque estamos enamorados”, a ninguna se le ocurre decir: “no estamos enamorados, pero nos vamos a casar porque queremos…….” Y es que el sexo ha sido visto con bastante recelo, como algo inevitable en el ser humano, pero poco deseable como destino espiritual. Por ello el estudio científico del sexo se ha iniciado tarde y con mucha censura. No ha sucedido así con los estudios sobre reproducción, ni con el amor, los cuales se discuten e investigan de manera abierta en las universidades desde que estas existen.
Los seres humanos estamos destinados fisiológicamente a atraernos sexualmente hasta donde nos lo permitan las reglas sociales, lo cual puede generar un conflicto entre fisiología y norma social.
En ocasiones la norma social y la fisiología coinciden, sin que se genere conflicto alguno, como sería el caso de una pareja soltera que se casa, ejerce su función sexual y procrea. Pero en otros casos la norma social prohíbe un hecho fisiológico, como puede ser una pareja que ejerza la función sexual y cada uno de ellos este casado con otra persona. En este caso el acto sexual es fisiológico, pero está proscrito por la sociedad y tendrá unas consecuencias punitivas. Si, además, esta pareja procrea va a generar una situación legal con características de drama.
Como se deduce de lo planteado, nuestro comportamiento sexual puede ocasionar conflictos con las normas sociales, generando castigos que van desde el rechazo social a penas judiciales severas. Estas normas sociales y legales, en relación con la actividad sexual, han variado con el tiempo y las culturas. Por ejemplo en Grecia y Roma clásicas la homosexualidad no era castigada y en la cultura otomana los hombres podían tener tantas mujeres como pudieran mantener. Se dice que Saladino, verbigracia, tuvo tantas esposas que no le dio tiempo de yacer con todas. En la edad media europea se condenaba a la muerte a palos al animal que yaciera con humano, pero en los andes es normal que un hombre tenga relaciones sexuales con una bestia; y aquí, en nuestros llanos, se consideraba natural que un muchacho “coja burra.”
Desde el punto de vista biológico las conductas sexuales pueden ser fisiológicas o fisiopatológicas y dese el punto de vista social pueden ser prohibidas o permitidas.

Por ello, a la hora de entender una situación conflictiva, el médico debe considerar varias cuestiones, a saber: ¿el problema corresponde al ámbito de la sexología, la reproducción o la psicología?, ¿la conducta problema es fisiológica o fisiopatológica? ¿Está socialmente prohibida o permitida? ¿Es fisiológica y socialmente prohibida? ¿Es fisiopatológica y socialmente permitida?
A partir de estos planteamientos el médico podrá analizar mejor la situación y dar una orientación más pertinente. Por ello es necesario conocer la fisiología y la fisiopatología sexual, así como las normas y leyes que rigen las conductas sexuales de las personas en determinado medio cultural y país.
Muy frecuentemente se confunden estos conceptos; por ejemplo, cuando se habla de “educación sexual” en las escuelas, o en los medios de comunicación se suele pensar en métodos anticonceptivos, lo cual es un error, porque este tema pertenece al ámbito de la reproducción. Cuando se habla de “hacer el amor” se hace referencia al ejercicio de la función sexual, lo cual no es correcto del todo, porque, como dijimos, una persona puede enamorarse sin tener sexo. Además, se puede tener sexo sin sentir amor… ¿acaso a una violación en una cárcel le podemos llamar “hacer el amor”?


FASE ANATÓMICA: esta fase posee dos componentes: gonadal y cerebral
Componente gonadal: Comprende como factores fundamentales la secreción de sustancias provenientes del testículo o del ovario fetal. Dichas sustancias provocaran la diferenciación anatómica genital y la hipotalámica. A nivel genital se desarrollarán los genitales externos e internos: pene, escroto, epidídimo, vesícula seminal y próstata en el varón; y en la hembra trompas de Falopio, útero, vagina, clítoris, labios menores y labios mayores.
A nivel hipotalámico las estructuras que garantizan los ritmos biológicos de cada sexo, como el ciclo menstrual y galactogenésis en la hembra y la espermatogénesis en el varón.
Componente cerebral: El cerebro humano posee núcleos y estructuras que permiten un comportamiento diferente en ambos sexos y que hacen que la persona se sienta perteneciente a su sexo anatómico.
El proceso de diferenciación del sexo tiene un tiempo de duración de 9 meses, y culmina con el nacimiento. El entorno sociocultural le indicará el aprendizaje progresivo de roles y actividades sociales esperadas para su sexo, llamadas estereotipos o tipificación sexual, que se espera debe tener de acuerdo a la familia, el grupo, la región y el país. Por ejemplo en algunos lugares el color de la ropa para el varón es el azul y para la hembra y rosado.
Un individuo de SEXO MASCULINO, estará caracterizado por:
Genéticamente: 44 autosomas + 2 cromosomas sexuales XY
Gonadalmente: Testículos productores de andrógenos.
Anatómicamente: Órganos sexuales: pene, escroto, próstata, vesículas seminales.
Caracteres sexuales secundarios masculinos
Cerebralmente: conductas típicamente masculinas.
Psicológicamente: se siente satisfecho (egosintónico) con su sexo.
Socialmente: tiene rol social esperado para su medio.
SEXO FEMENINO:
Genéticamente: 44 autosomas + 2 cromosomas sexuales XX
Gonadalmente: ovarios productores de estrógenos y gestágenos
Anatómicamente: Órganos sexuales: Vagina, vulva, útero y trompas
Caracteres sexuales secundarios femeninos
Psicológicamente: egosintónica con su sexo
Socialmete: rol sexual esperado para su medio.

FUNCIÓN SEXUAL
La función sexual es la actividad que se ejerce con la finalidad primaria de la procreación. Aunque en el ser humano la función sexual tenga otros objetivos además de la reproductiva. Esta función tiene una fase de estímulo y una fase de respuesta.
FASE DE ESTÍMULO SEXUAL: el estímulo sexual lo podemos estudiar desde su FUENTE, su METODO y su FRECUENCIA.
FUENTE: se refiere al origen del elemento que activa la respuesta sexual, la cual puede ser heterosexual cuando la actividad se da entre un varón y una hembra; Homosexual cuando se da entre sexos iguales; Autosexual cuando la propia persona se activa sexualmente.
MÉTODO: se refiere al órgano del sentido utilizado para estimularse, existiendo una amplia variedad de métodos.
FRECUENCIA: se refiere al número de veces que se repite la actividad sexual por unidad de tiempo. Es decir cuántas veces en un periodo determinado la persona se activa sexualmente. Pudiendo ser alta, promedio o baja.
FASE DE LA RESPUESTA SEXUAL: un estímulo sexual efectivo activa una serie de fenómenos fisiológicos generalizados del organismo y de los órganos genitales, en los que intervienen el sistema nervioso, hormonal, muscular y vascular. Clásicamente se distinguen los siguientes periodos o fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución.
El proceso de activación de las fases estímulo-respuesta sexual tiene una duración variable que se conoce como tiempo de funcionamiento sexual.
- AMOR, SEXO Y REPRODUCCIÓN
Amor, sexo y reproducción son funciones propias del humano interrelacionadas entre sí, pero que no siempre son consecuencia una de la otra, ni siempre se ejecutan simultáneamente.
Una pareja puede sentirse atraída entrambas y sentir amor, pero no necesariamente por ello tendrán sexo o procrearan. Dos seres humanos pueden tener sexo sin sentir amor, también existe la posibilidad de que una pareja procree un hijo sin haber ejercido la función sexual, como ocurre en la inseminación artificial. Es decir que la combinación de estas tres funciones se puede dar de diferentes maneras, sin que por ello sea patológico o enfermizo.
Son funciones biológicas con una influencia sociocultural importante, ya que socialmente se establece que para que una pareja pueda procrear debe estar casada, y para casarse debe estar enamorada. A las personas que se les pregunta las motivaciones para contraer matrimonio, responden: “porque estamos enamorados”, a ninguna se le ocurre decir: “no estamos enamorados, pero nos vamos a casar porque queremos…….” Y es que el sexo ha sido visto con bastante recelo, como algo inevitable en el ser humano, pero poco deseable como destino espiritual. Por ello el estudio científico del sexo se ha iniciado tarde y con mucha censura. No ha sucedido así con los estudios sobre reproducción, ni con el amor, los cuales se discuten e investigan de manera abierta en las universidades desde que estas existen.
Los seres humanos estamos destinados fisiológicamente a atraernos sexualmente hasta donde nos lo permitan las reglas sociales, lo cual puede generar un conflicto entre fisiología y norma social.
En ocasiones la norma social y la fisiología coinciden, sin que se genere conflicto alguno, como sería el caso de una pareja soltera que se casa, ejerce su función sexual y procrea. Pero en otros casos la norma social prohíbe un hecho fisiológico, como puede ser una pareja que ejerza la función sexual y cada uno de ellos este casado con otra persona. En este caso el acto sexual es fisiológico, pero está proscrito por la sociedad y tendrá unas consecuencias punitivas. Si, además, esta pareja procrea va a generar una situación legal con características de drama.
Como se deduce de lo planteado, nuestro comportamiento sexual puede ocasionar conflictos con las normas sociales, generando castigos que van desde el rechazo social a penas judiciales severas. Estas normas sociales y legales, en relación con la actividad sexual, han variado con el tiempo y las culturas. Por ejemplo en Grecia y Roma clásicas la homosexualidad no era castigada y en la cultura otomana los hombres podían tener tantas mujeres como pudieran mantener. Se dice que Saladino, verbigracia, tuvo tantas esposas que no le dio tiempo de yacer con todas. En la edad media europea se condenaba a la muerte a palos al animal que yaciera con humano, pero en los andes es normal que un hombre tenga relaciones sexuales con una bestia; y aquí, en nuestros llanos, se consideraba natural que un muchacho “coja burra.”
Desde el punto de vista biológico las conductas sexuales pueden ser fisiológicas o fisiopatológicas y dese el punto de vista social pueden ser prohibidas o permitidas.

Por ello, a la hora de entender una situación conflictiva, el médico debe considerar varias cuestiones, a saber: ¿el problema corresponde al ámbito de la sexología, la reproducción o la psicología?, ¿la conducta problema es fisiológica o fisiopatológica? ¿Está socialmente prohibida o permitida? ¿Es fisiológica y socialmente prohibida? ¿Es fisiopatológica y socialmente permitida?
A partir de estos planteamientos el médico podrá analizar mejor la situación y dar una orientación más pertinente. Por ello es necesario conocer la fisiología y la fisiopatología sexual, así como las normas y leyes que rigen las conductas sexuales de las personas en determinado medio cultural y país.
Muy frecuentemente se confunden estos conceptos; por ejemplo, cuando se habla de “educación sexual” en las escuelas, o en los medios de comunicación se suele pensar en métodos anticonceptivos, lo cual es un error, porque este tema pertenece al ámbito de la reproducción. Cuando se habla de “hacer el amor” se hace referencia al ejercicio de la función sexual, lo cual no es correcto del todo, porque, como dijimos, una persona puede enamorarse sin tener sexo. Además, se puede tener sexo sin sentir amor… ¿acaso a una violación en una cárcel le podemos llamar “hacer el amor”?


III - DESARROLLO SEXUAL DEL NIÑO Y ADOLESCENTE
Desde que nace hasta que muere el ser humano tiene una identidad sexual, una función sexual y una tipificación sexual, siempre y cuando no tenga una enfermedad mental severa.
Varias escuelas psicológicas han estudiado este tema del desarrollo sexual, principalmente el psicoanálisis, el conductismo, las corrientes cognocitivistas y más recientemente los organicistas han dedicado “mucha tinta” a describir cómo es que la persona alcanza su madurez sexual. Resultaría extremadamente largo describir cada una de las teorías, no obstante el médico clínico debe conocer cuestiones importantes de este desarrollo, con el fin de orientar debidamente a sus pacientes y a la comunidad que atiende.
Vamos a tratar de exponer de manera sencilla y útil lo más importante de estas teorías, intentando a la vez de correlacionarlas.
El desarrollo sexual ha sido observado desde tres ángulos u objetivos: 1) desarrollo de la función sexual; 2) desarrollo de la identidad sexual y 3) desarrollo de la tipificación sexual.
Ya hemos conceptualizado el 1 y 2, hablemos ahora del 3: la tipificación sexual.
Entendemos como tipificación sexual o rol asignado socialmente al sexo a la adquisición de las respuestas, características y capacidades que se consideran adecuadas al sexo de la persona en su propia sociedad. Todas las culturas definen determinadas tareas, actividades y estilos de una persona como propias de hombres y a otras como propias de mujeres. Estas definiciones difieren según las distintas culturas. En nuestro medio los hombres, idealmente, deben salir a buscar el sustento del hogar fuera, en “la calle”, mientras que la mujer debe dedicarse a las “tareas del hogar” dentro. En la mayoría de las culturas, la agresividad, la independencia y la confianza en su fortaleza física se consideran atributos masculinos; mientras que la obediencia, el amor maternal y la delicadeza son cualidades femeninas. Los varones suelen ser más rudos, agresivos, vigorosos y temerarios, mientras que las hembras suelen tener características opuestas.
Dentro de una sociedad tecnológicamente avanzada, las concepciones de lo que es una conducta propia de cada sexo han ido cambiando a lo largo de las décadas, se han venido borrando antiguas distinciones de los roles asignados a cada sexo.
Como podemos inferir, el rol asignado al sexo o tipificación sexual, está muy influido por el aprendizaje social, se inicia con el moldeamiento de la conducta de los padres, continua en la escuela y se fortalece con los grupos. Esta perspectiva es la más estudiada por las escuelas conductistas y neoconductista y en la que el determinismo biológico tiene menos efecto.
Un muchacho educado en un medio donde no se premien las conductas rudas, vigorosas y toscas y a su vez se modelen conductas delicadas, se verá en un medio tradicional como un “niño afeminado”. Al contrario si un joven fue criado entre hombres rudos al cambiar a otro ambiente se tendrá como un palurdo. Otro tanto ocurrirá con las chicas educadas en ambientes donde las mujeres son poco coquetas, que en otros medios la tendrán como “amachadas”.
La identidad sexual es la aceptación que hace una persona de sus atributos sexuales orgánicos. Generalmente los seres humanos adultos nos sentimos satisfechos con nuestro sexo o “género”, aceptamos placenteramente lo que somos y las consecuencias que de ello se deriven.

Una mujer, en la gran mayoría de los casos, acepta sus atributos sexuales anatómicos y fisiológicos. Está satisfecha con sus órganos genitales y con sus caracteres sexuales secundarios, se siente bien con la forma de sus caderas, con sus mamas, con la distribución de su pelo y la distribución de su grasa, que le modela un cuerpo típicamente femenino. Muchas veces adorna y exalta esos atributos, se maquilla y se pone prendas de vestir que destaquen sus formas de mujer; con la intención consciente o inconsciente de atraer a personas del sexo contrario. Se siente feliz de ser mujer. Es egosintónica con su condición de mujer. Decimos que se identifica con su sexo.

Un hombre, casi siempre, se siente cómodo con su cuerpo de varón, está satisfecho con sus órganos sexuales y sus caracteres sexuales secundarios, con su vello corporal, su musculatura, con la fuerza que le proporciona esta musculatura. Muchas veces hace ejercicios para exaltar más su forma varonil, con el fin de atraer a las personas del sexo femenino. Es egosintónico con su condición de hombre, se identifica con su sexo.
Esa identificación sexual (identidad de género) comienza con la fecundación, y está regida por los cromosomas sexuales: XX para la hembra, XY para el varón, siguiendo un proceso muy complicado, expuesto anteriormente. Con el nacimiento este proceso, netamente biológico, recibe matices sociales, porque entonces aparece la influencia del grupo familiar y social al que pertenece. Pero son matices nada más, que dan tonos más o menos claros al rol sexual asignado socialmente, a la tipificación de la que hablamos anteriormente.
No sabemos exactamente en qué momento el niño se da cuenta de que pertenece a uno u otro sexo, ni en qué instante se identifica con él. Creemos que es un desarrollo progresivo que debe comenzar entre los 2 a 4 años de edad. Las personas con trastorno de género que hemos tratado refieren que desde que tienen uso de razón sienten que tienen problemas de identidad, por lo que inferimos que la identidad parte de la edad señalada. También los padres suelen manifestar que notan que sus hijos comienzan a dar muestras de identidad sexual en ese periodo.
Es inexorable esta identidad sexual. Cuando se establece es casi imposible que se tuerza su curso, el varón seguirá sintiéndose masculino toda su vida y la hembra igual, a menos que una enfermedad mental severa irrumpa y se trastorne el desarrollo normal.

Función sexual es la actividad que se ejerce con el fin original de la reproducción, aunque en el ser humano se ha enriquecido (o degradado, según el caso) con otros objetivos, que consideraremos en otro momento. Esta función tiene dos componentes: fase de estimulo sexual y fase de respuesta sexual.
Al nacer, el recién nacido, ya tiene la capacidad de responder sexualmente. Si le estimulamos el escroto o el pene con un hisopo, es factible observar que puede producirse una erección. Desde este momento hasta los 4-5 años el infante responde sexualmente ante cualquier estímulo. El ente estimulante puede ser una persona que puede ser padre, madre, etc. un objeto o un animal. A este periodo lo llamamos Periodo Indiscriminado, en el cual no se siente pudor o vergüenza por sus respuestas sexuales o por mostrar sus genitales.
A esta etapa le sigue otra en la cual el niño (a) se vuelve pudoroso y esconde sus genitales, no muestra sus respuestas sexuales ante los mayores. Durante este periodo, que va desde los 6 años hasta la pubertad, el niño suele ser menos activo en su sexualidad y realiza juegos sexuales a escondidas. Aunque conserva su identidad, mostrando actividades sociales propias de su sexo, por ejemplo, la hembra se interesa por las ropas, útiles y labores de la madre y el varón hace lo propio con las del padre. Es llamado comúnmente Periodo de latencia, siguiendo la doctrina psicoanalítica, pero sabemos que no es tanto la latencia como la intención del niño de ocultar, por vergüenza o miedo al castigo, sus verdaderos intereses sexuales. Recuerde el lector sus años escolares y sabrá a que nos referimos.
La pubertad es el inicio de la adolescencia, es el periodo de ensayo de conductas sexuales. En ella se produce una maduración sexual desencadenada por la gran actividad hormonal que irrumpe en este momento; cuyas primeras manifestaciones externas son el aumento de volumen de las mamas en las chicas y la aparición del vello púbico en los chicos, que como heraldo triunfal anuncian el intenso torbellino psicosexual que se aproxima.
Los cambios fisiológicos de la adolescencia son disparados por una mayor actividad del lóbulo anterior de la hipófisis dirigido por el hipotálamo, que ya ha madurado por efecto de un cerebro que tendrá que haber recibido suficiente información del mundo interior, de determinismos genéticos y del mundo exterior.
En este periodo sucede un crecimiento de estatura y peso acelerado.
En el varón aumenta el tamaño de los testículos y del escroto, unos meses después aumenta también el pene. 18 a 24 meses después brota el pelo axilar y la barba. La voz se hace más grave (baja una octava aproximadamente) por los cambios ocurridos en la laringe, que se hace más larga y prominente. Solo hasta entonces puede producir semen.
En las hembras después de la elevación de los senos (que suele ser lo primero en ocurrir) junto con la aparición del vello púbico, se incrementa el tamaño de los órganos genitales externos e internos. Solo así puede aparecer la menarquía.
Esta acelerada maduración, nunca antes experimentada (y nunca después experimentada) genera emociones intensas de todo tipo en el adolescente y dispara intensa presión sexual.
La frecuencia sexual es muy alta en el varón y algo menor en la hembra. La fuente y el método del estímulo sexual habrán de variar de acuerdo con toda una amplia gama de fuerzas psicológicas, biológicas y culturales.
En el chico la pulsión sexual es intensa y lo agarra sin experiencia. Suele recurrir a diferentes fuentes y métodos para su estímulo, siendo la más frecuente la masturbación. Desde los estudios de Kinsey se conoce que alrededor del 80 a 90% de los adolescentes se masturban.
El adolescente ensaya con varias fuentes de estímulo. Se interesa por actividades homosexuales, heterosexuales y hasta zoofílicas. También con el método ensaya, recurriendo al frotismo, vouyerismo, fetichismo, triolismo (menage a trois), incesto, transvestismo, teléfonofilia, erotolalia, pornofilia, etc. Lo cual genera conflictos familiares frecuentes, que en ocasiones llega hasta los tribunales. Por ello es necesario que el médico clínico conozca de estos temas, ya que es muy probable que sea llamado como experto en un problema de este tipo y es lamentable que por no tener un conocimiento suficientemente claro se maltraten y estigmaticen a adolescentes que están atravesando por un volcán de emociones.
Las chicas tienen actitudes característicamente más conservadoras que los chicos. Los estudios sobre masturbación entre las chicas adolescentes reportan un 30 a 40% de autoejercicio de la función sexual entre ellas (Mussen 2001). Las muchachas tienden más a sublimar sus impulsos sexuales, son más románticas que los muchachos y no se les ve muy involucradas en problemas judiciales a causa de sus actividades sexuales. Sin embargo las caricias entre ellas no son raras y en oportunidades forman parejas homosexuales más estables que la de los muchachos. Parejas que suelen disolverse al terminar la adolescencia, cuando se establecen patrones de conducta sexual estables.
Otra actividad descrita en la mujer adolescente es una forma permitida socialmente de exhibicionismo, como lo es el llevar ropa muy ajustada al cuerpo o muy corta.
Progresivamente las conductas, ideas y emociones de los/las adolescentes van buscando su cauce. Se van tornando menos caudalosas y se va estableciendo un patrón de conducta estable, de tal manera que ya después de los 20 a 22 años el adulto joven tiene un comportamiento sexual definido y poco cambiante. Ya las personas entran en un periodo definitivo de conducta sexual que solo cambian ante circunstancia extremas. Por ejemplo, un hombre con un patrón de conducta heterosexual puede emitir conductas homosexuales si tiene que pasar mucho tiempo en una cárcel.
IV – VARIANTE FISIOLOGICA SEXUAL
La fisiología de los organismos vivos permite unos rangos de actividad variable para adaptarse a cada circunstancia. Por ejemplo las cifras de glicemia pueden variar de acuerdo a las necesidades del organismo y es tan normal 75 mg como 100 mg/dl; otro tanto ocurre con la tensión arterial, el pulso, etc. También la conducta sexual puede tener variaciones que están dentro de la normalidad estadística. Una persona puede tener diversas técnicas de estimulo sexual: visual, auditivo, táctil, fantasías que aplicar dependiendo de las circunstancias. Lo mismo se puede decir de las fuentes de excitación. Ya desde los estudios de Kinsey se demostró que los seres humanos tienen diversas fuentes de obtención de estímulo.
Si revisamos alguno de los hallazgos de este autor nos daremos cuenta de la variabilidad en las conductas sexuales del humano. Veamos:


El 37% de los hombres habían tenido una experiencia homosexual.
El 62% de las mujeres tenían experiencias de masturbación.
El 70% de varones había tenido algún encuentro con prostitutas.
El 50% de varones casados había mantenido alguna experiencia extramatrimonial.
El 50% de las mujeres había mantenido relaciones antes del matrimonio.
El 30% de las mujeres nunca había experimentado satisfacción sexual.
El 25% de las mujeres casadas tenía alguna experiencia extramatrimonial.
El concepto de Variante sexual fue desarrollado por Fernando Bianco, fundador de CIPSV e impulsor de la especialidad Sexología Médica en Venezuela.


V- LA FUNCION SEXUAL EN LA PAREJA
Idealmente, para que una pareja se involucre en el ejercicio de su función sexual debería haber un mínimo de atracción, afecto o al menos deseo sexual, pero el ser humano es tan complejo que no siempre existen estas motivaciones. Es un hecho conocido que muchas parejas tienen relaciones sexuales sin afecto y sin atracción. A veces es tan patológico el motivo de la relación, que se hace para causar un daño, como en el caso de las violaciones. Dejando por descontado las motivaciones comerciales, como el caso de la prostitución.
A la psicóloga venezolana Elisa Jiménez (fundadora de AVESA) se le debe un importante trabajo sobre este tema y una loable labor en pro de la prevención y tratamiento del maltrato y violencia contra la mujer, llamada hoy violencia de género.
La función sexual en pareja tiene tres fases: Fase precoital, fase coital y fase post coital.
La fase precoital se inicia con el deseo, que es el impulso que mueve al acercamiento sexual, tiene un componente físico (hormonal y neurológico) y un componente psicosocial (circunstancias, educación sexual). Luego la pareja inicia las caricias y la comunicación erótica que produce la excitación sexual, esta fase es controlable por la pareja pudiendo alargarla a voluntad. La pareja puede aprovechar la fase precoital para sincronizar ambos ciclos sexuales. Aclaremos: sabemos que la respuesta sexual del varón y la hembra pueden tener tiempos diferentes, es decir la excitación en el hombre suele ser más rápida que en la mujer y sabemos que si la mujer no está suficientemente excitada, su falta de lubricación vaginal va a provocar molestias durante la penetración. Entonces en esta fase ambos pueden sincronizar sus respuestas para un mejor desempeño. El hombre debe esperar que la mujer haya lubricado lo suficiente para iniciar la penetración.
La fase precoital debe ser tan larga como sea necesario para preparar ambos aparatos sexuales para el acoplamiento.
La fase coital comienza con la penetración o acoplamiento de ambos órganos genitales, es menos manipulable que la fase precoital y que la postcoital. Es ideal que la misma se realice en la mayor intimidad y con el mayor tiempo posible. En esta fase estudiamos la posición y los tipos de movimientos.
Existen innumerables posiciones para el coito, las más frecuentemente usada es la del “misionero” en la que el hombre se posa sobre la mujer, teniendo esta los miembros inferiores separados. Se le llama del “misionero” porque era la posición que le enseñaban los misioneros a los indios, ya que estos practicaban el coito como los animales, es decir el hombre penetraba colocándose por detrás de la mujer.
Existe una amplia gama de posiciones coitales, cada una con sus variantes. Es necesario que la pareja conozca dichas posiciones y escoja la que le resulte más cómoda. El CIPPSV considera que la posición “femenina superior” (la mujer encima del hombre, “a caballo”) es la más fisiológica, porque la penetración es completa, la mujer tiene mejor oportunidad de dirigir los movimientos y el hombre tiene más control sobre su eyaculación,
Los movimientos y la actividad muscular durante el coito revisten mucha importancia. Son principalmente los músculos de la pelvis los encargados de realizar el trabajo encaminado a producir el orgasmo y la eyaculación.
Para un buen ajuste coital es necesario que la vagina realice movimientos sincrónicos con los movimientos de la pelvis. La vagina se contrae y se dilata por efecto del grupo muscular pubococcigeo, si la mujer no logra sincronizar estos movimientos puede que la penetración sea molesta, existiendo casos en los que resulta imposible la penetración (vaginismo). La mujer debe dilatar la vagina durante la penetración y sincrónicamente mover la pelvis hacia delante.
También los movimientos del hombre son importantes, la eyaculación se produce por que los músculos pubococcigeos exprimen a las vesículas seminales en el momento culminante del orgasmo, por ello el hombre debe saber administrar sus movimientos de pelvis para lograr algún control sobre la eyaculación.
Generalmente el varón cuando introduce el pene dentro de la vagina lo hace apretando los glúteos y el elevador del ano, lo cual estimula la eyaculación; si lo hiciese utilizando los músculos vertebrales y los de la cadera puede lograr un mejor control de la eyaculación, evitando un problema frecuente denominado “eyaculación precoz” . El hombre una vez que eyacula entra en fase refractaria absoluta y el pene pierde rigidez. Esto puede generar problemas emocionales en ambos miembros de la pareja.
El orgasmo simultáneo, es decir que ambos miembros lleguen juntos al orgasmo, no es fácil de lograr, ni tampoco es indispensable. Cada uno puede llegar a lograrlo por separado sin que sea una tragedia, por ello es importante la comunicación erótica precoital y coital, para decirle a la pareja como le satisface más las caricias (cuanto como y donde), los movimientos, el ritmo, la velocidad, las palabras etc.
La fase postcoital es el lapso que viene después del orgasmo y del desacoplamiento de los genitales, es un periodo de relajación, donde los cuerpos entran en reposo, ideal para la comunicación romántica y para fortalecer los lazos de unión de la pareja
Si el coito ha sido satisfactorio las personas se sentirán profundamente relajadas y es probable que sientan un agradable sueño. La frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyen, la respiración se hace más lenta y diafragmática. Generalmente los músculos se distienden y algunas personas sienten hambre.
Suele ser descrito como uno de los momentos más placenteros en la vida de una persona. Hay casos en los que se siente una euforia especial. En raras ocasiones se siente cefalea postcoital y se han descrito casos de “locura orgásmica femenina”
La mujer puede tener inmediatamente un nuevo ciclo sexual, ya que su periodo refractario es relativo, es decir que si tiene un nuevo estimulo sexual efectivo puede excitarse; no así el hombre cuyo periodo refractario es absoluto, y aunque tenga un estimulo sexual efectivo no podrá excitarse.
El periodo refractario puede durar una hora a varios días, depende de las condiciones físicas de la persona y sobre todo de la edad, mientras más joven es más corto el periodo refractario y a mayor edad más largo es este periodo.

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